El desafío de crecer
Columna de Osvaldo Corrales, presidente del Consorcio de Universidades Estatales, y rector de la Universidad de Valparaíso.

Como cada año, al inicio de las actividades académicas, las universidades del Estado de Chile renovamos nuestro compromiso con el cumplimiento de nuestra misión, aquella que consiste en contribuir al desarrollo y bienestar de nuestro país en cada uno de nuestros territorios. Lo hacemos a partir de lo que nos es más propio: formar personas, generar conocimiento de frontera y aportar a nuestros entornos de modo directo a través de diversas acciones y actividades, entre las cuales sobresalen aquellas relativas al arte y la cultura, que nos permiten colaborar al progreso espiritual de las personas, asunto pocas veces visibilizado de modo adecuado.
Por ello decimos que las universidades públicas somos insustituibles, ya que cumplimos un rol esencial, asunto que, a pesar de lo evidente, no pocas veces tenemos que explicar a quienes toman decisiones, cuestión que nos obliga a desplegar una permanente pedagogía acerca de nuestra labor y del impacto que ella tiene al afectar de modo tan directo la vida de los chilenos y chilenas.
En cada una de nuestras instituciones por estos días hemos acogido a nuestros nuevos y nuevas estudiantes, quienes junto a sus familias confiaron en nuestras instituciones para su formación como futuros profesionales, pero también como ciudadanos y ciudadanas comprometidos con la sociedad. En general, tuvimos un positivo proceso de admisión, lo cual desde ya nos desafía en adelante no solo a mantener nuestra convocatoria, sino que a aumentarla de modo significativo, de modo que recuperamos el terreno perdido en los últimos años, en los cuales la oferta privada -paradójicamente impulsada por la política pública- creció fuertemente.
Se trata, entonces, de un desafío común para todas nuestras casas de estudios, que a pesar de las regulaciones que enfrentan, deben competir por captar estudiantes en un campo donde los futuros estudiantes están sometidos a una vorágine de información que no siempre da debida cuenta de lo que son y representan los distintos tipos de universidades.
No obstante ello, tenemos fortalezas que nos son comunes, justamente porque representamos esa noble tradición universitaria nacional, aquella que se forjó en distintos puntos del país al alero y empuje de hombres y mujeres que comprendieron, tempranamente, la importancia de contar con universidades públicas, que respondieran a las necesidades del país y de las personas.
Somos depositarios de esa tradición y tenemos el deber de preservarla por el bien de Chile y su gente, asumiendo el desafío de crecer y recuperar terreno en favor de la educación pública.