“Lo que pasó con la U. del Mar y la Arcis, podría repetirse si el sistema educacional no se regula”

La conmemoración de su aniversario 36 es la ocasión para hacer un recuento en la trayectoria de la Universidad de La Frontera, enfocado desde su tradición, pero también del cambio que viene…

admin 21-03-2017 / 14:12:11
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La conmemoración de su aniversario 36 es la ocasión para hacer un recuento en la trayectoria de la Universidad de La Frontera, enfocado desde su tradición, pero también del cambio que viene hacia adelante debido al proyecto de reforma a la educación superior que está en el Parlamento, como también las exigencias que se están planteando actualmente para los profesionales del siglo 21 y cómo el sistema chileno las enfrenta.

El pasado 10 de marzo, la Universidad de La Frontera conmemoró 36 años de existencia en La Araucanía. En la última década la Ufro ha tenido un desarrollo académico y en infraestructura que le permite formar parte de ránkings nacionales e internacionales en educación.

Fue en el año 2000, que se comenzó a sentar las bases para este cambio en la institución superior, pero "sin perder su tradición", tal como lo explica su rector, Sergio Bravo, quien cumple su cuarto periodo consecutivo al mando de la Ufro y que se extiende hasta 2018. Bravo repasa este proceso que les permitió mejorar los indicadores académicos y de paso asegurar la llegada de más recursos desde el Estado. El rector se refiere a las directrices en las que actualmente se está trabajando y las proyecciones institucionales, además del rol de esta casa de estudios en el ámbito regional, así como su compromiso con los habitantes de La Araucanía.

Actualmente la Ufro tiene una cifra total de más de 8.500 estudiantes de pregrado. Este año, la casa de estudios recibió 2.200 alumnos nuevos y el 39% de ellos reúne los requisitos para optar a la gratuidad beneficio que comenzó a regir durante este periodo y sobre el cual el rector entrega antecedentes de su funcionamiento en la universidad.

El proyecto de reforma educacional a la educación superior que actualmente se encuentra en el Congreso, también es abordado por Sergio Bravo, desde el punto de vista del análisis de lo que contiene la propuesta del Ejecutivo, pero también adelanta lo que ocurrirá en los próximos días cuando sea fraccionado en cada uno de sus capítulos para que comience su tramitación en paralelo, donde una de estas partes sería una ley especial para el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas CruCh.

En este sentido, también realiza un análisis de la actual estructura educacional chilena, concluyendo que debe modernizarse para preparar a los "profesionales que necesita Chile para el siglo 21", según explica.

-¿Cuáles han sido los logros de La Ufro en esta década?

-La UFRO ha tenido un desarrollo promisorio en los últimos años, así lo dicen los ránkings, más los internacionales que los nacionales. La universidad desde 2008 fue acreditada en 5 áreas, es una de las primeras de las creadas a partir de 1981 que alcanza una acreditación en tantas áreas. Fuimos distintos a partir del 2008, tras un trabajo sistemático que se comenzó a hacer desde el 2000 de ir avanzando hacia la complejidad. Esta es una universidad que académicamente ha ido progresando mucho, la capacidad de los académicos ha demostrado que son muy competitivos a nivel nacional hay mucho proyecto en desarrollo, lo que hace que sea más universidad y eso nos enorgullece. Es reconocida y está dentro de las 10 mejores del país por lo que tenemos que seguir trabajando en esa senda que tiene que ver con la calidad académica.

-¿Cómo comenzó este proceso de cambio en la universidad?

-Cuando fui director de finanzas, el año 2000 había mucha precariedad financiera, pero también muchas oportunidades y entonces gracias al esfuerzo de todos los académicos y de los funcionarios de la Ufro que entendimos que no sacábamos nada de seguir esperando una ayuda del Estado, aunque estuviéramos en la Región más pobre del país, pudimos comenzar un cambio. La pregunta que nos hicimos fue de dónde sacar los recursos, así que apostamos por hacer las cosas con calidad y al final de ese proceso se pudo mejorar todo el posicionamiento de la universidad. Ese trabajo de ordenamiento fue de más o menos 8 años, con un plan de desarrollo estratégico, lo que finalmente tuvo que ver con una universidad que se caracteriza por generar conocimiento nuevo y trasmitirlo.

-¿En ese sentido, cómo este proceso de cambio significó la llegada de recursos a la Ufro?

-Avanzando el tema del postgrado, primero con magíster, después con doctorado, y acreditar todo eso, ha sido el camino. Y a la larga, como nos transformamos en más competitivos a partir de 2010 con los mismos mecanismos de financiamiento del Estado, entonces comenzamos a recibir otros recursos que nos permitieron enfrentar el desarrollo de infraestructura. Los recursos no nos sobran, pero tenemos lo suficientes para tratar de ser una buena universidad. Y eso nos ha hecho tener una mayor notoriedad y por lo tanto a los 36 años de vida institucional se puede decir que tenemos una salud financiera más que aceptable para enfrentar los posibles retos, que son cada vez más inciertos.

-Dentro de los retos que vienen hacia adelante, ¿algo nuevo podría ser el cambio que se discutirá en el Congreso para las universidades?

-Lo que hay de nuevo ahora es que en el Gobierno de Michelle Bachelet está el compromiso de impulsar una gran reforma de la educación superior, que es muy complejo ya que hay más de un millón de estudiantes en esta áreas, muchas instituciones y creo que Chile se merece una reforma a la educación que no se hace desde el año 1981, que se hizo en ese tiempo bajo otros conceptos. Pero se sabe que hay muchos intereses creados en esta reforma, que es más difícil de hacer que la que corresponde a la educación básica o media. Los intereses son ideológicos, económicos, por lo tanto es una reforma que ha ido sufriendo retrocesos, es un proyecto que se envió el año pasado y que no dejó contento a nadie, que está hace 6 meses en el parlamento y que ahora se nos ha informado que el Ejecutivo haría modificaciones a este proyecto.

-¿Y esos cambios al proyecto tendrían que ver con el Consejo de Rectores y su funcionamiento?

-Dentro del Consejo de Rectores, que aglutina a 27 universidades, también hay tensiones, ya que hay instituciones estatales y no estatales, pero con fuerte vocación pública. Ahora en la reforma hay un capítulo donde se abriría un espacio para un nuevo modelo para universidades estatales para que estuvieran más cercanas al Estado.

-¿Este modelo nuevo para las universidades estaría dentro de la propuesta del Ejecutivo?

 -El proyecto de reforma se dividiría en partes y cada una correría en paralelo. Una de esas partes sería una ley para las universidades estatales y otras sobre las regulaciones, la superintendencia, agencias de calidad, de financiamiento, el tema de la gratuidad. Situación que ha hecho enojar a algunos integrantes del Consejo de Rectores que se denominan G9 y que ven esto como una amenaza, ya que las agruparían con el resto de las casas de estudio.

-Para usted ¿qué tema sería el más importante que debería estar contemplado en la reforma?

 -Creo que lo más relevante es qué tipo de profesionales necesita Chile para el siglo 21 y eso todavía no se logra ver. Han habido esbozos de que avanzaríamos a un marco nacional de cualificación que debería ser lo correcto, creo que el mundo es demasiado cambiante para seguir formando profesionales como lo estamos haciendo hasta ahora. Por ejemplo, para formar un ingeniero completo nos estamos demorando en promedio 8 años y en ese lapso de tiempo el mundo cambia mucho, entonces se requiere de formación continua y carreras más cortas, todo eso no lo logro ver en la reforma y espero que ojalá aparezca en estas modificaciones que planteará el Gobierno.

-¿En ese sentido, cree usted que las universidades necesitan un cambio?

-El sistema de educación superior en nuestro país debería evolucionar hacia uno más integral, y esto debería considerarlo la reforma, pero es un tema complejo. Hay universidades donde se ha hecho. En la Ufro lo ideal sería tener un plan común de 4 años para las ingenierías, hoy tenemos uno de 2 años. Ahora en el de 4 años cuando se llega a quinto se debería elegir la especialidad, por ejemplo eléctrico, y eso permitiría mayor especialización hacia adelante, con magíster y doctorados, ya que las tecnologías van cambiando, pero toda la base de la ingeniería la tendrá para toda la vida, pero mientras esto no lo hagan las llamadas grandes universidades, no se puede comenzar un cambio.

-¿Entonces estamos atrasados con respecto a los que está haciendo el resto del mundo en este sentido?

-Chile se está quedando atrás en este ámbito, ya que desde que llegó la Internet todo el conocimiento está disponible en la web y eso cambia todo el escenario, donde los docentes asumen el papel de coordinador de ese conocimiento para resolver problemas, de enseñar a ensamblar ideas, y eso es complejo de cambiaren este sistema. Se ha avanzado mucho en las tecnologías de la enseñanza, tenemos talleres en la Ufro que nos han permitido ir innovando en la docencia, pero las mallas curriculares son rígidas y en esos no avanzamos las universidades y eso es lo que además uno esperaría en una reforma a la educación superior, el concepto de formar un profesional para el siglo 21.

-¿Según su opinión cuál es el fundamento que tiene la reforma a la educacional superior?

-La pregunta es por qué hacer esta reforma. Primero, porque la pidieron los jóvenes, pero además porque nuestro sistema de educación está obsoleto, pero la reforma no plantea eso, sino que tiende a la igualdad, la masificación de la equidad, que todos tengan derecho a la educación gratuita y de calidad. Todo eso está muy bien pero al hablar de calidad también se debe tomar en cuenta la pertinencia, lo que significa que lo que vamos a construir sea pertinente para el país, entonces ese concepto, lo pertinente, se desdibuja, creo que el fondo le falta.

-Rector, en una entrevista con El Austral, usted pidió que el Gobierno tuviera una mirada diferente para las universidades estatales, ¿se cumplió esa petición en la reforma educacional?

-Creo que Chile se merece universidades estatales de calidad, lo que pasa por recursos y también por una gobernanza adecuada que permita avanzar en la calidad. Las universidades estatales deben obedecer a ciertas directrices del Estado de Chile que trabajen para el país y que alcancen la calidad. No es posible que algunas universidades tengan el nivel de acreditación que en estos momentos tienen. Creo que es necesario que el Estado de Chile converse con sus universidades y esperamos que el proyecto de ley de la reforma, que tendrá una normativa específica para las estatales, se dé en esas condiciones. En estos momentos en el sistema de financiamiento, el alumno es el que recibe el dinero y él decide en qué universidad estudiará, lo que fomenta la competencia entre las casas de estudios, eso hace que la Ufro tenga que hacerlo muy bien para que los estudiantes quieran ingresar.

-¿Hay una diferencia entre las casas de estudios estatales y las demás que se integran en el proyecto?

 -Las universidades somos distintas en cuanto a niveles académicos y la población puede comparar eso. Pero cuando nos entregan recursos, las estatales debemos dar cuenta a la Controlaría y allí comienzan varios trámites que se deben cumplir antes de poder invertir ese dinero. En cambio en las universidades que funcionan con el otro sistema es más simple ocupar los fondos que les entrega el Estado. Por eso pedimos normas más flexibles para ser más eficientes en el gasto con la reforma esperamos ciertas facultades en este sentido no sin control, ya que somos finalmente reparticiones públicas que ocupan dineros de todos los chilenos. Y hoy día diría que hay una competencia desigual en como realizamos nuestro gasto.

-¿La situación de cierre de dos universidades ocurrido en el último tiempo, cree usted que podría volver a pasar?

-Lo que pasó con la Universidad del Mar y la Arcis podría repetirse, si el sistema educacional no se regula de todas maneras. El sistema es muy perverso, ya que se juega con los sueños de las personas, con el sacrificio de las familias, y a la postre no les queda nada y la frustración es enorme. Creo que la falta de ética le ha hecho un daño enorme al sistema de educación superior, tiene que haber regulación para evitar estas situaciones. En la reforma se aborda este tema de la superintendencia que va a tener tuición completa, y la agencia de calidad.

 -¿El comienzo de la gratuidad en el país significó algún cambio en la Ufro?

 -Me alegro de que llegue la gratuidad, pero a la Ufro no le ha significado ningún cambio en los porcentajes, ya que cobramos bajos aranceles y el año anterior ya teníamos las Becas Bicentenario y eso hacía que la mayor parte de nuestros alumnos estudiaran gratis, y eso se cambió este año por la gratuidad. Tenemos entre el 60 al 70% de nuestros jóvenes con algún sistema que les da gratuidad o bien becas que le entregan casi el arancel completo, después están los que tiene crédito solidario y, por último, los que pagan, que es un porcentaje muy bajo, menos del 10%. Lo único nuevo es que este año recibimos a los alumnos al Programa de Acompañamiento y Acceso Efectivo a la Educación Superior, Pace, que está dentro de las políticas de Gobierno de inclusión y de mayor equidad.

-¿Cuál es la proyección regional que tiene la universidad?

-Creo que la Ufro ha tenido la convicción de ir consolidándose como una universidad de calidad. Por eso tenemos la expectativa que La Araucanía vea que ésta es su universidad y tenemos que seguir trabajando para servir más a la comunidad. Por varios años los recursos fueron escasos, pero ahora tenemos la posibilidad de hacer más cosas. Además hay más convicción de que debemos trabajar líneas de investigación más asociadas a problemas locales, sin que eso signifique transformarlo en un instituto de investigación. Se ha desarrollado un trabajo importante en medicina y el campo de la salud. Creo que debemos servir mejor en el ámbito de la educación, que es uno de los grandes pilares de la sociedad. Además, debemos realizar más investigación en el agro, energía y agua, cosa que ya estamos trabajando.

-En el ámbito regional, ¿hay algún proyecto en el que se comenzará a poner énfasis este año?

-Sí, tiene que ver con la baja inversión en la Región, entonces no podemos seguir diciendo por qué no vienen, sino, que debemos preguntarnos: ¿qué vamos hacer para revertir esta situación? y la universidad tomó este desafió y se decidió crear el Instituto de Innovación y Emprendimiento. Creo que a futuro la región debiera nutrirse de la formación de emprendedores, para que generen empresas desde aquí y queremos ser un aporte en ese sentido. No podemos pensar que si seguimos vendiendo trigo o madera vamos a llegar a alguna parte, debemos ser capaces de tener empresas pequeñas pero con alto nivel tecnológico y sofisticadas, para eso tenemos apoyos de Corfo y Sercotec, además de centros de negocios de asesoría en Temuco y Villairica.

-¿Cómo se proyecta la Ufro hacia el futuro?

-Mantenemos principios y valores universitarios, eso es intransable, pero estamos abiertos al mundo para producir los cambios que va requiriendo. Esta es una universidad que se está moviendo y que siempre está inventando cosas nuevas y ojalá que vinieran cambios en la reforma para las mallas curriculares para responder al mundo de hoy que es de mucha imaginación. El sistema de educación superior chileno debería cambiar, modernizarse, y la reforma no trae mucha modernización trae más regulación, que también es necesaria. Esta es la oportunidad para modernizarse, si no, vamos a quedarnos abajo. Ahora, la Ufro ya ha cambiado en muchas cosas además hay que tomar en cuenta que el alumno que estamos recibiendo es distinto y debemos preocuparnos de él desde todo punto de vista y eso ha sido parte de este cambio.

 

Fuente: http://www.australtemuco.cl/impresa/2017/03/19/full/cuerpo-reportajes/8/

 

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