Crédito con Aval del Estado (CAE) por Francisco Castañeda
La poca confianza en los bancos de las personas, sobreprecios en las carteras pagadas por el estado, y la capacidad de cobro de los bancos son los puntos esgrimidos por…
La poca confianza en los bancos de las personas, sobreprecios en las carteras pagadas por el estado, y la capacidad de cobro de los bancos son los puntos esgrimidos por el consultor Christián Larraín. Dichos argumentos son analizados por el experto de la USACH Francisco Castañeda en su réplica al experto.
Los argumentos de Christián Larraín para defender el CAE, son claramente controversiales. Veamos:
1. En primer lugar sostiene que el pueblo no quiere a los bancos. Y que él reconoce la desprotección de las personas ante la industria financiera. Pero, al mismo tiempo, afirma que es equivocado “sacar a los bancos del CAE”. En este sentido extrema su tesis para hacer pasar el argumento opuesto por ridículo. Las personas y familias quieren pagar precios justos. Esto incluye, por cierto, el pago por la educación de sus hijos. Si a la inflación de aranceles, le sumamos la alta tasa de interés que cobra la banca por el CAE, esto lleva a una explosión social como la que hemos visto.
2. En segundo lugar, se argumenta que el costo de fondo para la banca “debe andar por el 4%”. Mientras los papeles a 5- 10 años del Banco Central, tienen una tasa en UF que fluctúa entre 1,86% y 2,26% el verdadero costo de fondo para la banca está más cercano al 3,0% (asumiendo un spread de bajo riesgo) en este tipo de plazos.
3. Larraín menciona, además, que dado el riesgo de crédito de la banca (solo el 10% del valor de los créditos), y si se bajara la tasa CAE para estudiantes al 2%, habría un spread negativo, lo que generaría pérdidas en el administrador bancario de este crédito. Al analizar los actuales niveles de costo de fondo para la banca, quedaría en un situación aún expectante dado los valores de recompra de cartera que son ingresos netos adicionales para ella.
En otro orden, Larraín señala que donde sí tienen razón los estudiantes es en los sobreprecios de las carteras pagadas por el Estado (por Ley el Estado recompra el 45% de la cartera a la banca; es decir, les reduce sustancialmente los costos netos de fondos involucrados). En este ámbito reconoce que estos sobreprecios han sido del 65%. Y que fue un error de política pública no haber fijado un precio máximo en los sobreprecios (sic).
4. Otro argumento esgrimido por Larraín es que el Fisco puede vender en el mercado de capitales esta cartera de crédito recomprada (de hecho esto está en la Ley original del CAE) y así financiar los créditos sin pagar sobreprecios. En atención a lo anterior, cabe preguntarse: ¿Quién estaría dispuesto a securitizar esta cartera de crédito?, ¿a qué precio?, ¿a qué costo de seguros?
5. Finalmente el economista concluye “que los bancos son especialistas entre otras cosas, en cobranza”. Por eso según él, qué mejor entidad que la banca para administrar el CAE. El punto es que con el esquema actual, tienen bajos incentivos a cobrar (solo un 10% del riesgo de crédito permanece en la banca), y altos incentivos a sobre incrementar excesivamente el crédito (tienen el seguro estatal “recompra de cartera”, y además las instituciones de educación superior necesitan estar acreditadas sólo 1 año para que sus estudiantes sean sujeto de crédito CAE.). De hecho en la línea subprime, el CAE ha aumentado 27 veces en los últimos años, creando serios problemas en los nichos de dudosa calidad en Educación Superior (endeudamiento, deserción, etc.).
Cabe destacar que sólo las recompras de carteras CAE son del orden del 50% del gasto público en educación superior. El actual Gobierno rápidamente las incorpora en el gasto público en este ítem para igualarse a la media de la OCDE (aprox. 1% del PIB).
Estamos convencidos que un sistema de crédito administrado por el Estado, con pagos contingentes al ingreso (esto no lo consideraron los creadores del CAE), con topes máximos en cuanto a pagos como porcentajes del salario (inferiores al 10% del salario mensual), y pagado vía impuestos a través del Servicio de Impuestos Internos, es el camino para que termine la dilapidación de recursos públicos en Educación Superior.
Fuente: usachaldia.cl, 06 de octubre de 2011.