Matrículas en Universidades Tradicionales

Hasta el 06 de de enero, los estudiantes podrán matricularse en una de las universidades tradicionales. Antes, sabrán con precisión si fueron aceptados en la Institución seleccionada y cuáles serán los requisitos del programa.

Todo está listo y dispuesto. Las universidades tradicionales ya conocen con exactitud quienes fueron los estudiantes seleccionados que llenarán las aulas y pasillos en marzo próximo. Las 25 casas estudios que integran el Consejo de Rectores comienzan su proceso de matrícula a  primera hora del lunes 04 de enero. En horario continuado y con un férreo proceso logístico, los estudiantes podrán realizar todos los trámites correspondientes al proceso de matrículas en las dependencias de cada universidad.

Para las universidades privadas, este proceso prácticamente terminó. Muchas de ellas emitieron comunicados dando cuenta que habían llenado todas sus vacantes en plazos muy inferiores a los de años anteriores.

Esta situación no es indiferente a las casas de estudios tradicionales, quienes previamente definen plazos y acuerdos que le permitan coordinar un proceso a nivel nacional. Tal desfase en los tiempos es uno de los mecanismos de competencia que hace de la educación superior un mercado descontrolado en cuanto a la falta de información y fijación de normas.

Muchos estudiantes que preferían una universidad tradicional y no tenían certeza de su entrada a dicha institución, optaron por matricularse previamente en una privada para no perder el cupo. Luego, si quedaron en una universidad tradicional tienen la opción de retractarse y re-matricularse en una institución tradicional, pero pierden todo o parte importante del dinero cancelado si no realizan el trámite durante los próximos diez días.

Tal panorama nos alerta de la urgente necesidad de coordinación que requiere el sistema y la falta de un completo compendio de información que dé cuenta del proyecto educativo de cada institución, no incluido hoy en el SIES. Dado los objetivos que se ha impuesto Chile en materia de cobertura y calidad de educación superior, los actores requieren pasar de un modelo de extremada competencia a colaboración, estableciendo claramente cuál es el rol que esperan cumplir en el modelo de desarrollo del país y cuál su opción formativa al interior del sistema.